Este año 2023, podemos asegurar que el Covid 19 nos cambió muchos aspectos de nuestra vida y que es una enfermedad que seguiremos combatiendo.
El 2020 nos sorprendió con el COVID 19, enfermedad mortal en sus inicios que genero una crisis de salud, restricciones de movilidad y un freno económico.
En marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) expresó su preocupación por la propagación y gravedad del covid-19 y lo catalogó como una pandemia. En muchos países las condiciones de confinamiento fueron extremas. Negocios no esenciales en todas las áreas, fueron obligados a parar operaciones, las clases presenciales se cancelaron y las instituciones educativas realizaron esfuerzos importantes por continuar brindando educación virtual.
El 2021 fue un año dedicado a buscar soluciones médicas y en otros sectores que también fueron fuertemente afectados por esta crisis
La pandemia fue un catalizador para el avance del sector salud, pues orilló a que, de manera inesperada, tanto el ámbito público, como privado se vieran obligados a innovar.
La ciencia parece haber encontrado las respuestas adecuadas. Las vacunas, el reforzamiento de nuestro sistema inmunológico por medios naturales y los protocolos ya probados para tratar a los pacientes, han logrado salvar millones de vidas en el mundo.
El punto más crítico en México fue en diciembre de 2021, cuando la variante Ómicron genero el número más alto de contagios activos en la CDMX.
En el 2023 consideramos que COVID-19 es una enfermedad que combatiremos en forma diaria, al igual que lo hacemos con la gripe o el dengue.
Se continuará la investigación sobre los tratamientos más adecuados. El uso de cubre bocas y la distancia social serán de nuevo obligatorios en caso de rebrotes.
La pandemia nos concientizo que los problemas globales requieren soluciones globales. La colaboración internacional, la coordinación y la participación activa de sociedades y gobiernos sin distinguir nacionalidades pueden generar respuestas a las problemáticas más urgentes, –entre ellos el cambio climático que afecta a nivel global y en su totalidad a la vida humana–, mismos que fueron relegados por esta crisis.
La pandemia nos permitió entender la importancia y la necesidad de generar más y mejores bienes públicos. Los gobiernos tuvieron que asumir roles activos para enfrentar la crisis, no solo en lo sanitario, sino también en lo económico, generando instrumentos financieros para apoyar a las empresas, otorgando subsidios, estímulos fiscales, seguros y préstamos a largo plazo, entre otros.
El golpe a nuestra economía fue duro, impactante y lo sigue siendo.
HOME OFFICE
Vivo lejos de las oficinas, me recomendó el medico no exponerme a un contagio, me quede sin automóvil, no tengo con quien dejar a mi abuelita, ¿puedo traer a mi hijo a la oficina?, no tengo con quien dejar a mi mascota. Son algunos motivos que expresan los empleados para evitar regresar a trabajar en modo presencial.
Para aquellos que su trabajo les permitió hacer Home-office, en la mayoría de los casos el regreso a la oficina, no se hace de buena gana y genera estrés y desacomodo a una forma de vida a la que ya se habían adaptado.
En la mayoría de los casos superaron las dificultades iniciales: no contar con un espacio adecuado para trabajar o carecer o no tener una buena señal de internet, miedo a la tecnología, enfrentar distracciones, interrupciones, tentaciones para descansar, entre otros
Para buscar permanecer en casa, argumentan en forma lógica y razonable temas como el ahorro en tiempo y gasto en el arreglo personal, los traslados y la flexibilidad de horario.
Argumentos más personales como: trabajar mientras se escucha música, comer sin miradas indiscretas, no tener que cuidar mi vestimenta o aspecto personal, descansar, relajarme, ejercitarme, la posibilidad de apoyar las labores del hogar o simplemente la oportunidad de pasar más tiempo de calidad en familia.
Debido al prolongado encierro y restricciones, algunas personas subieron más de un par de kilos y les preocupa su apariencia física y/o se han acostumbrado a vestirse informal o trabajar en ropa demasiado cómoda, y se les hace pesado volver al protocolo de arreglo personal, higiene y vestimenta para una oficina.
Antes de la crisis no era común que una casa propia o rentada tuviera un área privada para ser utilizada como estudio u oficina…Hoy en día el contar con este espacio es deseable y apreciado- Algunos empleados, invirtieron en crear ese espacio.
Es práctica común que el regreso a la oficina se deje a criterio del jefe, generando un sistema hibrido el cual provoca inconformidad. Los que ya regresaron cuestionan el que existan grupos o personas que no lo hacen. ¿Porque estoy en la oficina, mientras otros trabajan cómodamente desde casa?
Los que están a cargo de personal, requieren de buenos argumentos para motivar el regreso. no simplemente el del semáforo verde. Flexibilidad en algunos casos, considerar el agotamiento por el estrés y la salud mental, consecuencia del prolongado encierro y en algunos casos el trauma por haber contraído el o sus familiares cercanos el COVID 19.
Los argumentos a favor de la presencia física deben explicarse con claridad y considerar que hay una revalorización de nuestro valores y prioridades, tanto personales como empresariales,
TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN
La gente debió aprender o actualizar sus conocimientos en tecnología informativa, a fin de estar conectados vía remota y asistir a reuniones virtuales y en general a todo lo relacionado con el trabajo y relaciones en línea.
Gente mayor, debió inclusive vencer sus temores y superar barreras a fin de utilizar la tecnología en forma adecuada y provechosa y no quedar fuera.
En la pandemia se ha visto cómo la desinformación y las fake news que circulan en las redes tienen un impacto en las decisiones de la gente.
Las redes sociales y las tecnologías de la comunicación brindan innumerables beneficios, pero también conllevan grandes peligros.
La confianza y la credibilidad están en juego. Las tecnologías de edición multimedia permiten manipular imagen, audio y video, de modo que se hace imposible garantizar la autenticidad de cualquier material que circula en la red. Por esto, se ha generado la necesidad de adoptar una actitud crítica y de reserva ante los contenidos que aparecen en las redes sociales e internet.
EDUCACIÓN
Buena parte de los niños y jóvenes tuvieron dos años privados, en mayor o menor medida, de los vínculos con sus pares. La pandemia ha presentado grandes desafíos para la educación, sobre todo en primaria y secundaria, que en algunos aspectos ha sufrido retrocesos. En el caso de la educación universitaria, como contrapartida, la posibilidad de acceder a cursos de forma virtual permitió que muchas personas que no podían asistir a clase debido a la lejanía, pudieran avanzar en sus estudios. En este sentido, la pandemia deja enseñanzas que pueden ser tomadas para mejorar el acceso a la educación, en este año que regresamos a la presencialidad.
La necesidad de interacciones humanas es más valorada que nunca. Las ventajas de la virtualidad no pueden reemplazar el contacto cara a cara, siendo otro de los aprendizajes.
NATURALEZA
La sociedad reconsiderara cómo pasa su tiempo libre. El valor otorgado a los espacios abiertos crecerá. Aumentará la necesidad de más y mejores espacios públicos, de parques en las ciudades. Los espacios abiertos fueron los únicos lugares permitidos para las reuniones.
Habrá una revalorización de la naturaleza y de la necesidad de estar en contacto con entornos naturales. Ir a un parque tendrá ventaja por sobre el ir a centro comercial o espacios cerrados.
La pandemia demostró el valor sencillo de vivir bien, de forma saludable, alrededor de gente querida y generando interacciones, que son las que dan sentido a la vida.
EL FUTURO DEL TRABAJO
El trabajo a distancia se mantendrá en la medida que sea posible y los empleos que se han podido virtualizar seguirán operando de esta manera.
Los trabajos que requieren presencia física cambiarán paulatinamente, por la tendencia hacia la automatización
El acelerado avance de la tecnología y el envejecimiento de la población son los dos factores que impactarán en la transformación del trabajo en los próximos años.
La tendencia es que cualquier ocupación que se pueda mecanizar, automatizar o enseñar a una Inteligencia Artificial (IA) será progresivamente realizada por máquinas. Por esto, los esfuerzos deberán centrarse en favorecer la transición de trabajadores de los sectores en susceptibles de mecanización hacia otros que requieran competencias humanas. En este sentido, la tecnologización del trabajo es una oportunidad para generar más y mejores empleos si se garantiza el acceso a programas de capacitación laboral, especialmente en los sectores más vulnerados.
Dada la inminente transformación de un gran número de actividades y el avance de la Inteligencia Artificial, el desafío es generar las condiciones para que nadie quede excluido. En México, el desafío es grande, dado nuestro alto nivel de trabajo informal y las brechas de acceso a la educación y la tecnología en los diferentes extractos sociales.
PUEDEN IA Y HUMANOS TRABAJAR JUNTOS
Kartik Hosanagar/The Wall Street Journal 31 abril 2022
La investigación muestra que los humanos y las máquinas que trabajan juntos a menudo tienen mejor desempeño que los humanos o la inteligencia artificial (IA) trabajando por su lado.
Cómo se deben delegar las responsabilidades -o más específicamente, quién y cuando debe delegar- es un componente crítico de las asociaciones efectivas entre humanos y máquinas.
En un estudio reciente, investigadores de la Universidad de Colonia y la Universidad de Minnesota pidieron a personas y máquinas -en algunos casos trabajando juntos y en otros solos- que clasificaran una serie de imágenes de 10 categorías. (La clasificación de imágenes es una tarea de uso común en los estudios de IA-humanos).
En uno de los grupos, la máquina podría delegar a un humano si tenía problemas para tomar una decisión, por ejemplo, si un triciclo para dos personas debe clasificarse como bicicleta tándem o rickshaws (vehículo pequeño para el transporte de personas, de dos ruedas).
En otro grupo, los humanos podían delegar a la computadora si tenían problemas para completar una tarea.
Los resultados sugieren que los humanos no son buenos para decidir quién es el mejor para la tarea: Los equipos en los que los humanos tenían el poder de repartir el trabajo a la IA cometieron más errores de categorización que los equipos en los que la IA delegó tareas a los humanos, y más que la IA trabajando sola. (Los humanos trabajando solos tuvieron el peor desempeño).
Al parecer, las personas son malos para juzgar sus propias limitaciones. Los humanos en el estudio no pidieron ayuda a la IA cuando la necesitaban y, perdieron la oportunidad de beneficiarse de las recomendaciones de la IA.
Los resultados sugieren que en muchos casos podría ser mejor que el sistema de IA tenga el control y delegue a humanos cuando el sistema está en duda.
CONFIABILIDAD DE LA IA
La delegación no es el único obstáculo a la hora de fomentar las asociaciones entre la IA y las personas.
Otro problema es la aversión de los humanos a los algoritmos (IA).
Investigaciones muestran que las personas con frecuencia no confían, ni siguen las recomendaciones de la IA, Las personas se resisten a seguir las recomendaciones de la IA, aun en áreas donde no se consideran expertas.
Con los años, los investigadores suponían que la razón por la que las personas no confían en los consejos de la IA es porque no entienden el proceso de toma de decisiones de la IA
Pero en una investigación reciente que analizó qué tan bien aceptaban las personas los consejos de la IA al hacer predicciones sobre encontrar pareja en un sitio de citas en línea, mi equipo descubrió que la confianza de las personas en las máquinas no mejoró mucho, aun cuando las selecciones incluían explicaciones detalladas. Lo que ayudó a la aceptación, fue que los participantes del estudio pudieron observar el récord de la IA a lo largo del tiempo. Es decir, mientras más tiempo trabajaban con la IA y podían observar su desempeño, más confiaban en ella.
La investigación muestra que las personas cuestionan más los errores de IA que sus propios errores.: Si la IA y un humano cometen el mismo error, la confianza de las personas en la IA cae más rápidamente que la confianza en el humano.
Debemos promover la IA no como una superinteligencia infalible, sino como un compañero de trabajo, que es superior en algunas áreas, que puede mejorar en otras y que puede cometer errores al igual que nosotros
Se público el artículo en forma parcial. *Kartik Hosanagar es profesor que estudia tecnología y negocios digitales en la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania y codirector del cuerpo docente de AI for Business. También es autor de “A Human’s Guide to Machine Intelligence”.
¿LLEGARÁ ESTA ASOCIACIÓN A REVOLUCIONAR EN UN FUTURO NUESTRO NEGOCIO DE GASOLINERAS?
¿CÓMO LO HARÍA?